lunes, 17 de febrero de 2014

La postura del PR+ es clara: el túnel se debe mantener. Hay sólidas razones para que el derribo no se produzca.

«El túnel se debe mantener porque es un gasto innecesario, empeora la seguridad, aumenta el endeudamiento y hay cosas más necesarias en las que emplear el dinero»



Por mucho que lo piense, no acabo de comprender los motivos que impulsan al Gobierno municipal de Logroño a derribar el túnel de Duques de Nájera. Y menos aún las razones que se esgrimen para justificar tal decisión, ya que todas se me antojan falsas. Da la sensación de que estamos ante el empecinamiento personal de alguien o, peor aún, de que ésta pueda ser la respuesta a algún compromiso no confesado o la consecuencia de una imposición externa que poco o nada tenga que ver con el interés ciudadano.

La verdad es que, ni la contundencia de Iñaki Ábalos cuando afirma que «la rotonda de Vara de Rey es beneficiosa para la ciudad y esencial para el proyecto» (a pesar de que su propuesta inicial, con la que ganó el concurso, era mantener el túnel), ni la obsesión municipal por convencernos de sus bondades, parecen argumentos suficientes para contrarrestar la sensatez de tantos ciudadanos que no salen de su asombro cuando se les dice lo que se pretende hacer.

La postura del PR+ es clara: el túnel se debe mantener. Y como no queremos, ni debemos, quedarnos sólo en la crítica, paso a exponer las que nos parecen sólidas razones para que el derribo no se produzca.

Primera. Creemos que es un gasto innecesario. La construcción de la rotonda nada aporta para la ordenación y fluidez del tráfico en ese punto. Supone, por tanto, la destrucción gratuita de algo que funciona perfectamente y que, como tal, da un excelente servicio y es valioso en sí mismo.

Segunda. No se mejora la seguridad: se empeora. No debemos olvidar que los pasos a distinto nivel son la mejor solución para la seguridad en un cruce. Como lo tenemos aquí. Si no se construyen más a menudo es porque suele ser difícil encajarlos con el viario y la trama urbana de la ciudad consolidada y porque son caros de ejecutar, pero su eficiencia está fuera de toda duda.

Tercera. Implica aumentar el endeudamiento. Según manifiestan los responsables de la sociedad del soterramiento (LIF 2002), no se puede iniciar la licitación de las obras porque se está pendiente de la refinanciación del préstamo. Y aquí surge una pregunta: en estos tiempos de crisis, de subidas descomunales de impuestos y de recortes en derechos y salarios ¿alguien sensato pide un préstamo para hacer algo que no es imprescindible?


Cuarta. Hay cosas mucho más necesarias y mucho más urgentes en las que gastar el dinero. Y creo que no hace falta poner muchos ejemplos, porque todos conocemos y vivimos cada día situaciones de penuria a las que no se les da solución y, a veces, ni esperanza. Pero incluso si nos centramos exclusivamente en el soterramiento, y se dispone de ese dinero, se podría optar por emplearlo en rebajar la rasante de la vía a la altura de la calle Fuenmayor, para conectarla con Gonzalo de Berceo y que los vecinos de Valdegastea y Río Bajero tengan un buen acceso al centro y que, así mismo, se pueda acometer por fin la conexión de Portillejo con el cuarto puente. Esto sí que es beneficioso para los vecinos de esta zona y para la ciudad en su conjunto. Además, esto sí que está previsto en el proyecto de soterramiento.

Quinta. No es cierto que el derribo estuviese previsto desde el principio. La propuesta ganadora mantenía el túnel (como se puede ver en la maqueta original), reorientándolo para conectar Duques de Nájera con Miguel Delibes. Sólo a partir del 2009, con los informes de los técnicos municipales en contra y sin una razón conocida que lo justifique, se plantea su eliminación.

Sexta. No es verdad que mantener el túnel afecte negativamente a la financiación. Es todo caso la abarata, ya que nos ahorramos un gasto de varios millones, que no es poco, y los ingresos serán los mismos ya que la edificabilidad no se pierde y se puede ejecutar en el mismo sitio o en otro que resulte urbanísticamente más adecuado.

Estas son nuestras razones y habrá otras a favor y en contra. Pero lo que es seguro es que éste es el momento del diálogo y, por qué no, de la consulta ciudadana. Así lo hicimos en 1998 para determinar la ubicación de la estación; algo de lo que todos los que pertenecimos a aquella Corporación nos sentimos orgullosos, porque supimos escuchar a los logroñeses y tomamos la mejor decisión, la que ellos nos pidieron.-



La reurbanización de Vara de Rey se hará tras acordarse la refinanciación del soterramiento "que no van tan rápido como esperaba", ha reconocido la alcaldesa.


Una nueva urbanización, ha apuntado Cuca Gamarra, "necesaria por muchos motivos, para conectar el tráfico entre Cascajos y Vara de Rey, y para urbanizar una zona en la que es necesario también liberar terrenos para su venta y pagar el préstamo, que está avalado por los terrenos".

Ha señalado que, por el momento, "no se ha hecho ningún desembolso de los 220 millones, que se tenían que haber comenzado a amortizar a 1 de enero de 2014", por lo que ha defendido que "hay que generar y vender terrenos para comenzar a pagar lo gastado", que ha cifrado en 192 millones.